El síncope, es una pérdida transitoria tanto del conocimiento como del tono postural, con una recuperación espontánea rápida, que ocurre cuando la tensión arterial disminuye y no llega suficiente oxígeno al cerebro, y que en ocasiones puede parecer un ataque de apoplejía (accidente vascular cerebral).
La causa del síncope es multifactorial y a menudo sus mecanismos están imbricados: Alteraciones de los reflejos de control de la presión arterial (vasovagal, postmiccional, tusígeno, relacionados con la defección o deglución); Trastornos ortostáticos y/o disautonomías de control de la presión arterial (hipotensión ortostática, neuropatía diabética); Arrítmias cardíacas primarias; Enfermedad estructural cardiovascular o cardiopulmonar (Valvulopatías, Infarto agudo del miocardio, Miocardiopatías y Embolia pulmonar); Enfermedades cerebrovasculares, neurológicas y psiquiátricas; y otras causas entre las que destacan las metabólicas (hipoglucemia) o situaciones como la hiperventilación.
Un diagnóstico correcto del síncope comienza con una adecuada anamnésis y un exámen físico. Si se sospecha una afección cardiaca, se pueden realizar pruebas diagnósticas entre las que destacan: masaje de seno carotideo, electrocardiograma convencional, prueba de esfuerzo, monitorización ambulatoria del ECG, el ECG con promediado de señales, la prueba de la mesa basculante, ecocardiograma, otros estudios de imagen (Angio-TAC cardíaco, Resonancia nuclear magnética cardíaca y coronariografia) y el estudio electrofisiológico invasivo.
En cuanto a la monitorización existen monitores cardíacos externos (Holter convencional), que se coloca con electrodos de registro sobre la piel y que funcionan entre 1 y 15 días y el Holter Insertable, que es la opción idónea para determinar las causas de los sincopes inexplicados y poco frecuentes. Está diseñado para largo plazo (> 3 años). Es un pequeño monitor subcutáneo, que registra continuamente la actividad del corazón de forma automática o con un activador manual. Se implanta bajo la piel en el área del tórax superior por medio de un procedimiento sencillo con anestesia local. Las complicaciones son muy raras, con un riesgo ligero de infección, de desplazamiento del dispositivo, de que asome a través de la piel o de reacciones por sensibilidad al material del mismo.
Es improbable que los arcos de seguridad del aeropuerto interfieran con el monitor, sin embargo, es posible que detecten los componentes metálicos y disparen la alarma. Sin embargo algunos procedimientos clínicos como la radioterapia, la electrocauterización y la resonancia magnética, pueden afectar temporalmente la capacidad del monitor para recopilar datos.
El Holter insertable mediante la observación del ritmo cardíaco antes, durante y después de un síncope, permite al médico identificar si la causa del síncope inexplicado está relacionada con el corazón.
Cuando se produce un síncope, el paciente o un miembro de su familia debe colocar inmediatamente un pequeño activador de mano sobre el monitor y pulsar un botón, con lo que queda almacenado el registro del electrocardiograma durante el episodio sincopal. Si el síncope no se presenta, el monitor nos sigue dando información mediante los registros automáticos, que se pueden programar a criterio del médico: detección de ritmos cardiacos muy rápidos o muy lentos, asistolias (paradas cardiacas) o arritmias potencialmente peligrosas (bloqueos auriculo-ventriculares paroxísticos, ritmos aurículares o ventriculares rápidos y asistolias por disfunción sinusal sintomática).
Si se encuentra una causa relacionada con el ritmo cardíaco, el médico puede recomendar una terapia basada en la causa exacta (a veces con la necesidad de implantar un marcapasos) o si por el contrario el ritmo cardiaco se puede descartar como causa del síncope, el médico podría centrarse en otras posibles causas de los síntomas.
Dr. Francisco Javier Crespo Mancebo
Unidad de Arritmias
Servicio de Cardiología
Hospital Universitario Lucus Augusti