Insuficiencia Cardiaca

La insuficiencia cardiaca es una patología cada vez más frecuente en nuestro medio. En los países desarrollados, afecta a un 1-2% de la población adulta. Su prevalencia aumenta con la edad alcanzando hasta un 10-20% en pacientes de más de 70 años.

Habitualmente se define como “una anomalía de la estructura o la función cardiacas que hace que el corazón no pueda suministrar oxígeno a una frecuencia acorde con las necesidades metabólicas de los tejidos”. Es decir, el corazón no consigue bombear sangre al ritmo que necesita nuestro cuerpo.

Las causas que originan esta situación pueden ser múltiples y muy variadas: arritmias, enfermedades de las válvulas cardiacas, enfermedades del músculo cardiaco (miocardiopatías), la hipertensión arterial… pero la causa más frecuente suele ser la cardiopatía isquémica (pacientes que han sufrido un infarto de miocardio).

Este problema para bombear la sangre de forma adecuada, va a favorecer la aparición de síntomas. Lo más habitual es notar dificultad para respirar, sensación de ahogo, al principio con ejercicio, pero puede aparecer también en reposo, empeora habitualmente al acostarse lo que obliga a colocar varias almohadas para respirar mejor. Se favorece la “retención de líquidos” que se va a traducir en un aumento de peso, con aumento del perímetro abdominal y la sensación de “estar hinchado”. Una de las zonas más habituales y visibles en la que se aprecia la retención de líquido es en las piernas, empieza por los tobillos pero pueden llegar a las rodillas e incluso, en casos severos, hasta genitales. Por otro lado, al no llegar sangre de forma adecuada al resto de órganos se pueden asociar otros síntomas como cansancio, mareos, confusión…

Estos síntomas deben ser la señal de alarma que lleve al paciente a consultar al médico. Tras una valoración médica inicial, se realizará una analítica sanguínea, un electrocardiograma y una radiografía del tórax. Esto puede ser suficiente para orientar el diagnóstico e iniciar el tratamiento. Pero el estudio debe completarse con la realización de un ecocardiograma.

El ecocardiograma es una prueba de imagen que permite ver el corazón en movimiento. Se puede medir el tamaño de las cámaras cardiacas (ver si el corazón está grande), identificar zonas que no se mueven, o se mueven mal, detectar problemas valvulares, identificar anomalías congénitas, tumores, etc.

Con estas pruebas, además de confirmar el diagnóstico de insuficiencia cardiaca, se suele identificar la causa que la origina, lo que permite orientar el tratamiento. En algunas ocasiones pueden ser necesarios estudios más específicos (cateterismo cardiaco, resonancia magnética…).

El tratamiento inicial para aliviar los síntomas de forma rápida y eficaz, son los diuréticos, obligan a orinar más y así eliminan líquidos.

El resto de tratamiento va a depender de la causa. Si se trata de una arritmia, se suele controlar con fármacos, en ocasiones precisa procedimientos percutáneos o implante de dispositivos (marcapasos/desfibriladores). Si se trata de una enfermedad valvular suele requerir intervención quirúrgica, o en menor medida percutánea (cateterismo). Si es por hipertensión, el tratamiento fundamental es modificar el estilo de vida y fármacos. Si se trata de cardiopatía isquémica, suele precisarse una combinación de fármacos, intervencionismo percutáneo (cateterismo cardiaco) y/o quirúrgico (by-pass). Cuando la causa es una enfermedad del músculo cardiaco que presenta dificultad para contraerse, disponemos de varios fármacos que combinados aportan grandes beneficios clínicos y mejoran el pronóstico… En casos seleccionados, que no responden al tratamiento convencional, se puede considerar el trasplante cardiaco.

Ante la sospecha de tener insuficiencia cardiaca, conviene consultar cuanto antes para estudiar la causa e iniciar el tratamiento correcto. Gracias a ello, podrá vivir más y mejor.

 

Dra. Margarita Regueiro Abel

Unidad de Insuficiencia Cardiaca Avanzada

Servicio de Cardiología

Hospital Universitario Lucus Augusti