Se considera muerte súbita (MS) la que ocurre de manera inesperada dentro de la primera hora tras el inicio de los síntomas o si se produce en ausencia de testigos cuando el fallecido ha sido visto en buenas condiciones menos de 24 h antes de hallarlo muerto.
La MS es un problema de salud pública considerable, puesto que provoca al año unas 35.000 muertes en España, siendo el 89.7% de origen cardiovascular, en su gran mayoría de origen arrítmico (la enfermedad que sufre el paciente desencadena una arritmia que origina una parada cardiaca). La causa prínceps, con diferencia, de MS es la enfermedad coronaria, que se evidencia como factor desencadenante en más de un 58% de las autopsias de pacientes con MS en España. Otra de las causas de MS son las miocardiopatías (enfermedades del músculo cardiaco) hereditarias y las canalopatías (alteraciones a nivel molecular de las células cardiacas que fomentan la génesis de arritmias, en un corazón, por otra parte, morfológica y funcionalmente normal) que; aunque representan un número reducido de casos, un 4-5% del total, tienen una fuerte influencia mediática; dado que suelen ocurrir en gente joven y aparentemente sana como son los deportistas de élite. Entre éstos, la causa más común de MS en España es una enfermedad llamada miocardiopatía hipertrófica (de la que hablaremos en otro artículo) que es una enfermedad del músculo cardiaco de causa genética y que, si bien en la mayoría de los casos tiene un pronóstico favorable, aquellos en los que ocurre un episodio de MS son preocupantes puesto que en la mitad de estos, dicho episodio es la primera manifestación de la enfermedad. Por último, cabe señalar, que en cerca de un 7% de las autopsias realizadas en pacientes con MS no se ve una causa y es de suponer que una gran parte de estos casos sean debidos a las ya mencionadas canalopatías.
Las consecuencias de un episodio de MS cardiaca son devastadoras puesto que actualmente menos de un 15% de los pacientes que lo sufren llegan vivos al hospital tras recibir atención emergente y aproximadamente la mitad de estos fallecen durante el ingreso.
Teniendo en cuenta que la causa más frecuente de MS es la enfermedad coronaria la primera estrategia a realizar frente a ésta consiste en el control de los factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, hiperlipidemia, diabetes, tabaquismo…) mediante recomendaciones higiénico-dietéticas y terapia farmacológica. Otra de las medidas se basan en la identificación por parte del sistema sanitario de pacientes con alto riesgo de MS (como pueden ser: pacientes con infarto de miocardio previo u otras cardiopatías de riesgo) y aplicar en ellos las medidas oportunas que van desde las ya mencionadas antes, hasta el implante de un dispositivo llamado desfibrilador implantable (del que también hablaremos en otro artículo) que revierte las arritmias que pueda sufrir el paciente. Como medidas adicionales de abordaje, sería fundamental el entrenamiento a nivel poblacional en términos de resucitación cardiopulmonar (RCP) básica así como implementar un buen sistema de atención emergente que acorte los tiempos de asistencia médica a los pacientes (puesto que cada minuto que transcurre sin atención la probabilidad de supervivencia disminuye un 10 %).
Respecto a la prevención de MS en atletas existen controversias en la actualidad. Mientras algunos países, como Italia, han reportado beneficios mediante el cribado médico previo a la práctica deportiva, otros países como EEUU o Israel no han encontrado beneficios en dichas actuaciones.
En resumen: la MS es una causa significativa de mortalidad en nuestro entorno. La prevención de las causas desencadenantes de la misma así como una correcta educación poblaciones en materia de RCP básica implementando un sistema de atención emergente eficaz es clave para mejorar los desenlaces de esta entidad que actualmente tiene un luctuoso pronóstico.
Dr. Alberto Pérez Pérez
Unidad de Hospitalización y Cuidados Intermedios Cardiológicos
Servicio de Cardiología
Hospital Universitario Lucus Augusti.